martes, 5 de junio de 2012

¿No nos da verguenza?

La siguiente gráfica, que muestra el porcentaje de paro juvenil en los paises de la OCDE justifica por si sola una revolución.  No hay nada que comentar.

jueves, 22 de septiembre de 2011

This Is An Emergency

Estoy en este momento trabajando un rato en mi MBA y con mi iPod sonando en modo "random" y, con una absoluta precisión al interpretar la realidad de hoy, ha escogido la canción de los Pigeon Detectives que lleva el mismo título que este post.

La espiral en la que estamos desde principios de agosto no hace más que acelerarse, y no sé qué es lo que deja un poso más amargo, si la sucesión de malas noticias (el caos en las bolsas por la interpretación de la nueva política de deuda americana, los avisos cada vez más fuertes sobre la mala situación de la banca europea y la necesidad acuciante de limpiar balance y capitalizarlos, las noticias constantemente negativas sobre la actividad, etc.) o la sensación de alarma, negatividad y miedo que nos encontramos todos en nuestras conversaciones diarias con nuestros amigos y colegas.

La situación de nuestro sector bancario no ha hecho más que empeorar en los últimos meses (ausencia de financiación, cierre de mercados, desapalancamiento general, carencia de proyectos de inversión, refinanciaciones que ya no aguantan más...), y la constatación de que nuestros activos cada vez están más necrosados (como decía un admirado viejo colega, ya jubilado) nos lleva a la certeza de que algo importante va a pasar, que alguien va a pegar el puñetazo en la mesa y que unos cuantos miles de puestos de trabajo (¿50.000, un tercio de los actuales?) se van a volatilizar, al igual que el valor de los suelos o edificios en construcción que sirven de garantía colateral a nuestra enorme cartera de créditos lo está haciendo día a día, hasta llegar a cero...

Quien va a ganar aquí, no lo se; sólo se que se ha pasado ya el tiempo de la indecisión, del esperar y ver, de los vendemantas y aprovechados que han infectado nuestras estructuras de mando y que no son capaces de reconocer una realidad distinta, radicalmente diferente a todo lo conocido en estos últimos 50 años: sin ideas, anteponiendo los intereses personales a los de la sociedad o los empleados que diriges no llegaremos nunca a ningún puerto seguro.

Es tiempo de ponerse a cubierto, de seguir luchando para esperar lo mejor pero prepararse para lo peor: This is an emergency.

martes, 5 de julio de 2011

Sinceridad Alemana

Una gema oculta en Der Spiegel International: el pasado 1 de julio publicaban el artículo Greek-Style Austerity Would Be Hell for Germans en el que reconocen abiertamente su facilidad para exigir austeridad a los demás y la imposibilidad de aplicar en su propio país un ajuste similar al exigido a los griegos, en proporción a sus PIBs.

El artículo es claro y sincero, y merece una leída, pues da una idea de la gravedad de las medidas exigidas y de la imposibilidad de que puedan llevarse a cabo sin destrozar el tejido social griego.

Cada vez tengo más claro que, o se llega a la unión fiscal y se reparte el coste del ajuste entre todos los países del euro o Grecia (y vaya usted a saber cuántos países más) están abocados al default a medio plazo.

lunes, 4 de julio de 2011

Mas sobre banca española

La reestructuración de nuestro sector financiero continúa avanzando sin muchas prisas, con la salida a cotizar de CaixaBank la semana pasada y las opvs de Bankia y Banca Cívica en la calle, en espera de ver cómo se define la demanda y que precio finalmente se va a marcar, precio que, con toda seguridad, será de saldo, pues se barajan descuentos superiores al 50% del valor en libros.

Este fin de semana en El País Negocios han publicado un especial sobre la situación de las cajas en el que, entre otros buenos artículos, destaca una columna de Tano Santos, colaborador habitual del blog de Fedea Nada es Gratis, que se puede leer aquí, y del que destaco su párrafo final, que comparto al 100%, y que dice así:

La crisis bancaria aún no ha terminado. Queda el desapalancamiento de nuestro sistema financiero, completamente sobredimensionado como consecuencia de la burbuja inmobiliaria. Como no ha habido ni una sola quiebra y, por tanto, ni una sola quita, el desapalancamiento procederá mediante el lento proceso de generación de recursos propios y aprovisionamiento con los que absorber las pérdidas. El problema, por supuesto, es que las posibilidades de generación de recursos propios para las entidades puramente nacionales en una economía deprimida van a ser muy limitadas, y ello augura otro tipo de crisis que, sin ser el drama vivido durante los últimos meses, será una tragedia sostenida y silenciosa.

Toda una declaración de principios que, todos los que conocemos el sector desde dentro, no podemos por menos que compartir. Con el país en recesión y paralizado, con la inversión en descenso y muchas reestructuraciones cerradas en falso, con la remuneración del pasivo alcanzando límites absurdos, llevándonos derechitos al matadero y destrozando nuestros márgenes financieros, no hay que ser muy listo para ver que el sector tiene que tener una próxima y tajante nueva revolución.